martes, 13 de diciembre de 2005


Autor:  Pedro E. Arenas R.


NOVENA DE AGUINALDOS




2005

ESTE ES MI REGALO DE NAVIDAD PARA LOS CRISTIANOS ESTA BELLISIMA NOVENA DE AGUINALDOS QUE HE ESCRITO Y DISEÑADO.    

"El  R.U.D.P.E.A.R., Un Nuevo Mundo Una Nuevas Era y  Un Nuevo Milenio"


Editorial


Si Leen Este Libro Se Podrán Dar Cuenta Como Idolatran A Jesucristo Como Su Grandioso Ídolo Celestial Dios De Amores Porque Realmente En Su Gran Vil Y Cobarde Arremetida La Humanidad Contra Mi Jamás Quiso Reconocer La Realidad Solo Realizaron Suposiciones De Lo Que Han Escrito A Su Manera No Lo Que Realmente Es La Verdad, Según Sus Mentes Yo Dependo de Uds, No Uds De Mi, Ya Verán Sus Resultados Porque Jamás Se Han Querido Dar Cuenta Que Esta Es Otra Era, Otro Mundo, Una Nueva Generación, Si Están En Lo Mas Cierto Porque No Están Realmente En El CALENDARIO Del Primer Dios Que Estaríamos Según Aproximadamente En El Año 5. 750 O Algo Así Semejante, Ah ?? Pobre Humanidad Tan Ignorante Y Pobre De Inteligencia Espiritual, Aquí Yo En Cuerpo Y Espíritu, Mientras Deliran Aun Es Su Misterio De La Trinidad Pero En Mi Mundo En Que Misterio Iré Ya Que Todos Dependen de Vida Existencia Porque Contrario A Ello Nada Existirá, Ah ?? Ahahahahahahaaaaaaaa </3

Pedro E. Arenas R.
Dios Rey Del Universo 


SIMBOLOS DE LA NAVIDAD

La navidad es el cumpleaños de Jesús… y la esencia es que Jesús no quiere ahora descansar en un pesebre, sino en tu corazón, desde la Eucaristía… ¡y esto es realmente real!... verdad de vida.


La Corona de Adviento: En el tiempo de adviento, la iglesia nos invita a estar vigilantes, en oración, con las lámparas encendidas...un siglo de esta vigilancia lo podemos encontrar en la llamada “Corona de Adviento”.

¿Cómo realizarla?
          La corona se realiza con una base redonda (de anime) que es cubierta por ramas verdes (de pino u olivo), los cuales son signos de la esperanza.
          Estas ramas verdes quieren decir que la esperanza siempre florece.
Se acompaña con las velas

Las Velas de Adviento:  son 4 una para cada domingo. Tres son de color  “morado”, no alegres, sino de penitencia... y nos indica que tenemos que  <<limpiar nuestra alma>> durante el adviento, con el arrepentimiento y una buena confesión, porque Dios no puede estar en un alma sucia por el pecado. La cuarta es <<roja>>, alegre, del último domingo, con Dios llenándote de su amor

San Nicolás: Es un anciano bonachón con cabellos blancos de eternidad, en vuelto en rojo de amor... ¡es Papá Dios!, que viene trayendo regalos: nuestros ojos, manos, corazón, el aire, las rosas, el sol... y el mejor regalo que nos quiere dar es ¡a Jesús  en nuestro corazón!,  Tú  y yo tenemos  que parecernos a <<nuestro Padre>>, ser generosos, llenar de regalos a familiares, vecinos, amigos... sobre todo tratar de darles a Cristo con amor, ¡como nuestro Padre Dios! (Dan 7:9-10).

Las  Luces: Jesús es <<la luz del mundo>>... Tantas  y  tantos  colores,  son  el  símbolo  del Espíritu  Santo de Amores, ¡el de las siete  lámparas del Apocalipsis!... y son tantísimas, grandes y pequeñas, porque son también símbolos de ti y de mi, de cada  cristiano, que  también  somos <<la luz del  mundo>>, ¡como Cristo!  (Jn 8:12, Ap 1:13, Mt 5:14). 


Los villancicos: Parrandas, posadas... son para felicitar a los padres del Niño Jesús, San José y la Virgen María, como hacemos en cada nacimiento... y para glorificar al mismo niño Dios, hecho  casi nada por nuestro amor.


El árbol: Cuando nace un niño, alguien  importante   es  la  madre,  a  quien le llevamos  ramos de rosas para felicitarla... pero aquí se  trata de la Madre de Dios..., así  es  que  no le damos solo un <<ramo>>, sino <<un árbol completo>>,  bien  adornado...  y   puesto en  el centro de nuestro hogar para de decirle a María, <<si    cuando nació tu Hijo no tuviste sitio en la posada, ¡ven ahora a mi casa!>>... y millones de cristianos  le ofrecemos a la Virgen María nuestra casa hoy.  

Pesebre: El más importante... Jesús en un pesebre, con la Virgen María y San José. La Navidad es una <<fiesta familiar>>.

Entusiasmo: Es la característica de la Navidad. <<En theus>> quiere decir <<en Dios>>... cuando se está <<en Dios>> por fuerza, hay <<entusiasmo>>, alegría, esperanza, ilusión, sueños lindos de amores... ¡de mil colores!...

Un pensamiento: Mientras haya un niño con hambre, o un pobre que no tenga pan, podremos tener fiestas, ¡pero no tendremos Navidad!


La Navidad diaria: Jesús ahora nos espera cada día en la Eucaristía... y esto no es símbolo, ¡es realmente real! ... nuestra Navidad de cada día debe estar siempre llena de entusiasmo, amor, gozo, paz...¡y lo más  importante darlo a los demás!..                                

       En Belén, Dios se hizo un niño, no podía hablar, lo tenían que limpiar... ¡un niño, pero era Dios!... ahora en la Eucaristía se hace más humilde todavía, ¡sólo vino y pan! , exactamente el mismo de Belén... para lo mismo, para llenarnos de su amor... es la ¡locura del amor de Dios! De 1 Cor 1:25... ¡y su flaqueza!, añade el mismo verso, ¡más poderosa que el mundo entero!... Jesús esta enamorado de ti. Te espera hecho pan y vino cada día. Déjate querer. Ve a recibirlo a diario en la Eucaristía.

ORACIÓN INICIAL

En el nombre del Padre....

          Gracias Dios, gracias por darnos la capacidad de comunicarnos, por darnos los elementos  suficientes para ser personas y para buscar los elementos necesarios para lograr compartir. Estamos aquí reunidos, junto a ti, con la plena confianza de que por tu bendición nos darás el Espíritu para comunicarnos mutuamente como hermanos; ayuda con bondad a aquellos que tiene limitaciones para hacerlo y danos a todos tu humildad, tu sencillez y la verdadera sabiduría para utilizar con inteligencia los medios de comunicación que nos diste, sin que nuestro sentir y nuestro actuar sea coartado por el mal manejo de estos canales.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

          Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciera para nuestra salud y remedio. Yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En  entorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con total desprecio de todo lo terreno,  para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén      

(Se reza tres veces el Gloria al Padre)

GOZOS
Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Oh!, sapiencia suma del Dios soberano,
que al nivel de un niño te hayas rebajado
¡Oh!, divino infante ven para enseñarnos,
la prudencia que hace verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
 
¡Oh!, lumbre de oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos.
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Rey de la naciones, Enmanuel preclaro,
de Israel anhelo, pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado,
 ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.                                                     

Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío como riego santo.
Ven hermoso niño, ven Dios humanado
luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Oh!, raíz sagrada de José en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo,
dulcísimo niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Ven que ya María previene sus brazos,
do su niño vean en tiempo cercano,
ven que ya José con anhelo sacro,
se dispone hacerse de tu amor sagrario                       

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Del débil, auxilio, del doliente, amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado.
Vida de mi vida, mi dueño adorado
mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.


Ve ante mis ojos de ti enamorados,
bese ya tus plantas, bese ya tus manos,
prosternado en tierra te tiendo los brazos
y aún más que mis frases, de dice mi llanto.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Ven salvador nuestro, por quien suspiramos.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.



















DIA PRIMERO
16 de Diciembre
CONSIDERACIÓN

          La lectura del día de hoy hace un llamado a que confíen en el Señor, ya que confiando en él, el Señor dará labios puros para que invoquen su nombre por todas partes.

           El evangelio pone de relieve el llamado que Dios hace a cada uno, y de aquí que hay muchos que lo acepta, pero otros lo rechazan.
        
          Dios desde creo al hombre, le tiene destinado su puesto aquí en la tierra, y desde cualquier campo podemos servir a Dios, solo obrando bien como lo debe hacer un cristiano.
         
          Entre estos llamados que Dios hace, él llama a un grupo selecto a ser sus servidores y a otros sus seguidores, es decir, servir y seguir todos sus mandatos sometiéndosen a su voluntad divina.

Oración a la Santísima Virgen

          Soberana María que por vuestros grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios te escogiese para madre suya. Os ruego que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena para el nacimiento espiritual de vuestro adorable Hijo.

          ¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

(Se reza nueve Ave Marías)

Oración a San José

 

          ¡Oh santísimo José! Esposo de María y padre putativo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios por que te escogió para tan altos ministerios y te adorno con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuvisteis al divino niño me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le vea y le goce en el cielo. Amén

(Se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria al Padre)

Oración al Niño Dios

          Acordaos ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento y en persona suya a todos vuestros devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente, <<todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado>>.

 Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús que sois la misma verdad!, venimos a expresaros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa para conseguir una eternidad bienaventurada. Concedednos por los meritos de vuestra infancia la gracia que necesitamos tanto. Nos entregamos a vos ¡oh Niño Omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que en virtud de vuestra promesa, acogeréis y despachareis favorable mente nuestra súplicas. Amén

 

DÍA SEGUNDO

17 de Diciembre
CONSIDERACIÓN

          Esta por hacerse presente el Mesías tan anunciado por los profetas, que nacerá de las entrañas de una virgen llamada María.  El cual se hace presente en medio de nosotros en forma hombre sin perder su condición divina.

 

          Veamos pues que es mediante aquel solemne momento donde el Arcángel Gabriel le pide a María, de parte de Dios, su consentimiento para su encarnación en su vientre, abriendo María sus labios pronunciando ese fiat, que fue una hermosa melodía para sus oídos y con el cual se confirmaba su profunda obediencia a la omnipotente voluntad divina al aceptar su petición.  


DÍA TERCERO

18 de Diciembre

CONSIDERACIÓN

          Ha empezado su vida encarnada de Niño Jesús. Consideremos el alma y el santo cuerpo que ha tomado, adorándolo profundamente. Admiremos, en primer lugar, el alma de este Divino Niño, consideremos en ella la plenitud de su gracia santificadora, la de su ciencia beatifica por la cual desde el primer momento dio su vida, vio la divina esencia más claramente que todos los ángeles, y leyó lo pasado y lo porvenir con todos sus arcanos y conocimientos. No supo nunca adquisición voluntaria nada que no supiese por infusión desde el primer momento de su ser; pero Él adoptó todas las enfermedades de nuestra naturaleza a que dignamente podría someterse, aún cuando fuesen necesarias para la  gran obra que debía cumplir. Pidámosle que sus divinas facultades suplan la debilidad de las nuestras y les de una nueva energía, que su memoria nos enseñe a recordar sus beneficios y su entendimiento en Él, a no hacer sino su voluntad divina, lo que el quiera a su servicio.

DÍA CUARTO

19 de Diciembre

CONSIDERACIÓN

          Hoy el Señor nos da un mensaje de amor y bondad, en el que nos insiste que muchos han sido llamados a ser su nazir, es decir, sus consagrados en el amor y el servicio. 

          Desde el seno de su madre empezó el Divino Niño a poner en práctica su entera obediencia a Dios y la continuo sin la menor interrupción durante toda su vida.

          Adoraba  a su eterno Padre, le amaba, se sometía a su voluntad, aceptando con resignación el estado en que se hallaba, conociendo toda su debilidad, todas las humillaciones, todas las incomodidades. ¿Quiénes de nosotros quisiéramos retroceder a un estado semejante, sin el pleno de la razón y de la reflexión?  ¿Quién pudiera sostener, a sabiendas, un martirio tan prolongado y lleno de penurias? Por ahí entro el Divino Niño a su dolorosa y humillante carrera; así empezó a anonadarse delante de su Padre, enseñando lo que Dios merece por parte de sus criaturas, expiando el orgullo, origen de todos los pecados, y hacer sentir toda la criminalidad y el desorden de este orgullo.


Anímate, no rechaces la propuesta más grande de amor de tu vida:
“El Amor de Dios”

 

DÍA QUINTO

20 de Diciembre

 

CONSIDERACIÓN

          Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy también la vida que llevaba la Virgen Maria durante el mismo tiempo.

          Maria no cesaba de aspirar el momento en que gozaría de esa visión beatifica terrestre; la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el amor filial en aquellos mismos objetos cuyos rayos deberían esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la severidad reflexiva de la edad madura. Había todo lo que quisiese de aquella faz divina, podría estrecharla contra la suya con toda la libertad del amor materno, cubriría de besos los labios que debían pronunciar la sentencia a todos los hombres, lo contemplaría a su gusto durante su sueño o despierto hasta que lo hubiese que lo hubiese aprendido de memoria. Cuan ardientemente deseaba ese día. 

          Tal era la vida de expectativa de María, que era inaudita en si  misma, pero no por eso dejaba de ser el tipo magnifico de toda vida cristiana. No, no nos contentemos con mirar a Jesús en Maria , sino pensemos que en nosotros también habita por esencia, potencia y presencia. Si, Jesús nace continuamente en nosotros por las buenas  obras que nos hace capaces de cumplir y por nuestra cooperación con la gracia, es un seno perpetuo de Maria, un Belén interior sin fin. Después de la comunión Jesús habita en nosotros durante algunos instantes y sustancialmente como Dios y como hombre, porque el mismo niño que estaba en Maria, también esta en el Santísimo Sacramento. ¿Qué es todo eso si no una partición de la vida de Maria durante esos maravillosos meses y una expectativa tan llena de delicias como la suya? 

DÍA SEXTO

21 de Diciembre

CONSIDERACIÓN 

          Jesús había sido concebido en Nazareth, domicilio de José y de Maria, y allí era de creerse que había de nacer según todas las posibilidades. Mas Dios lo tenia dispuesto de otra manera y los profetas habían anunciado que el Mesías nacería en Belén de Juda, ciudad de David. Para que se cumpliera esta predicción, Dios se valió de un medio  que no parecía tener  ninguna relación con el objeto. El emperador Augusto dio la orden de que todos los súbditos del imperio romano se deberían empadronarse en el lugar de donde eran originarios. Maria y José, como descendientes de David, no estaban dispuestos de viajar a Belén, ni la situación de la Santísima Virgen y tampoco la necesidad de José de tener un trabajo  diario que le asegurara la subsistencia, pudo eximirlos de este largo y penoso viaje en la estación mas rigurosa e incomoda del año.

          No ignoraba Jesús en que lugar debía nacer y así inspira a sus padres a que se entreguen a la providencia y de esta manera concurran inconscientemente a la ejecución de sus designios. Almas interiores, observad el manejo de ese Divino Niño, porque es el mas importante de la vida espiritual, aprended que Él se halla entregando a Dios, ya no ha de pertenecer  a si mismo ni a cada instante, sino año a lo que Dios quisiera para Él, siguiéndole ciegamente aun en las cosas exteriores tales como el cambio de lugar,  donde quiera que le plazca conducirle. Ocasión tendréis de observar esta dependencia y esta fidelidad inviolable en toda la vida de Jesús y este es el punto sobre el cual se han esmerado en imitarle los santos y las almas verdaderamente interiores, renunciando absolutamente a su propia voluntad.

DÍA SEPTIMO

22 de Diciembre

CONSIDERACIÓN

          Representemos el viaje Maria y José hacia Belén de Juda, llevando consigo, aun no nacido dentro de su vientre, a Jesús. Contemplemos, pues, la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una razón inexplicable, obedece así aun principio extranjero que forma el censo de la población, como si hubiese para Él en esa circunstancia algo que le halagase y quisiera aprovechar la ocasión para hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venia al mundo.

          ¿No es extraño que la humillación, que causa tan invencible repugnancia a la criatura, parezca ser la única cosa creada que ofrezca atracción a Jesús? ¿No nos enseña la humildad de Jesús a amar esta hermosa virtud?

          ¡Ah! Que llegue el momento en que aparezca el deseado de las naciones porque todo clama por este feliz acontecimiento. El mundo, sumido en la oscuridad y el malestar, busca y no encuentra alivio a sus males y suspira por su libertador. El anhelo de San José y la expectativa de Maria, son cosas que no puede explicar el lenguaje humano. El padre Eterno se halla impaciente por dar a su hijo unigénito al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles. El Espíritu Santo arde de deseos de presentar a la luz del  día esa Santa Humanidad tan bella, que él mismo ha formado con tan especial esmero.

          En cuanto al Divino Niño, objeto de tantos anhelos, recordemos que avanza hacia nosotros lo mismo hacia Belén. Apresurémonos con nuestros deseos el momento de su llegada. Purifiquemos nuestros corazones para que sean mansión terrenal, que nuestros actos de mortificación y desprendimiento preparen los caminos del Señor y hagan rectos sus senderos.

DÍA OCTAVO

23 de Diciembre

CONSIDERACIÓN

          José y María llegan buscando hospedaje en los mesones, pero no encuentran, ya por hallarse todo ocupado, ya por causa de la pobreza. Pero nadie puede turbar esa paz interior de los que están fijos en Dios. Si José experimentaba tristeza cuando eran rechazados de casa en casa, porque pensaba en María y en el Niño, sentíase también en santa tranquilidad cuando fijaba su mirada en su casta esposa. El  niño, aun no nacido, regocijábase ante aquellas negativas que eran el preludio de las humillaciones venideras.  Cada voz áspera, el ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos, era un a dulce melodía para sus oídos. Eso era lo que había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a tomar forma humana. 

          ¡Oh Divino Niño de Belén! Estos días que han pasado en fiestas y  diversiones o descanso muellemente en mansiones, han sido para nuestros padres unos días de fatiga y vejaciones de toda clase. El Espíritu de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios. ¿Cuántas veces no ha sido también el nuestro? ¿No cerramos continuamente, con ignorancia, la puerta a los llamados de Dios, que nos incita a convertirnos, santificarnos o confirmarnos con su voluntad?

          ¿No hacemos mal uso de nuestras penas, desconociendo su carácter celestial? Dios viene a nosotros muchas veces en la vida, pero no conocemos su faz, no lo conocemos sino cuando nos vuelve la espalda y se aleja, después de nuestra negativa.

          Se pone el sol del 24 de diciembre detrás de los tejados de Belén y sus últimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que lo rodean.

          Hombres groseros que condenan rudamente al señor en las calles de aquella aldea oriental y cierran las puertas al ver a su madre. Las bóvedas de los cielos se destacan purísimas, por encima de aquellas colinas frecuentadas por los pastores. Las estrellas van apareciendo una tras otra. Algunas horas más y se presentara el Verbo Eterno. 

DIA NOVENO

24 de Diciembre

CONSIDERACIÓN

          La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén de Juda. Desechado por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población y se han refugiado en una gruta que se encuentra al pie de la colina. Seguía a la Reina de los Ángeles el asno que le había servido  de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey dejado ahí, probablemente por alguno de los caminantes que había ido a buscar hospedaje en la ciudad. El Divino Niño desconocido por las criaturas racionales, debe recurrir a los irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera de esa noche de invierno y le manifiesten con su humilde actitud el respeto y la adoración que le había negado Belén de Juda.  La rojiza linterna que tenia en sus manos José, iluminaba tenuemente esa paupérrimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura proféticas de las maravillas del altar y de la intima y prodigiosa unión que Jesús ha de contraer con los hombres. Maria esta en adoración en medio de la gruta y así van pasando silenciosamente las horas de esa noche de misterio.

          Pero ha llegado la media noche y de repente vemos dentro de ese pesebre, poco antes vacío,  al Divino Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con tan inefables anhelos. A sus pies se postra su Santísima madre, en los transportes de una admiración de la cual nada puede dar idea. José también se le acerca y le rinde un homenaje, con el que inaugura su ministerio imponderable del oficio de padre putativo delñ redentor de los hombres.

          La multitud de ángeles que descienden del cielo a contemplar  esa maravilla sin par, deja estallar su alegría y hace vibrar en los aires las armonías de ese Gloria in Excelsis, que es eco de la adoración que se produce en el trono del Altísimo y hace perceptible por un instante a los oídos de la pobre tierra las armonías celestiales. Convocados por los ángeles, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al Niño recién nacido y a presentarle sus humildes ofrendas.
           Ya brilla en el oriente la misteriosa estrella de Jacob y ya se pone el en marcha hacia Belén la caravana esplendida de los Reyes Magos, que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso y la mirra, que son símbolos de la caridad, la adoración y la mortificación.

          ¡Oh adorable Niño! Nosotros también, los que hemos hecho esta novena para prepararnos para el día de tu natividad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración; no la rechacéis, venid a nuestras almas, venid a nuestros corazones llenos de amor. Encended en ellos la devoción a vuestra infancia, no intermitente y solo circunscrita al tiempo de vuestra natividad, sino siempre en todos los tiempos; devoción fiel y celosamente propagada nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando en nosotros todas las virtudes cristianas.

VILLANCICOS


CORRE CABALLITO

Corre caballito, vamos a Belén
a ver a María y al Niño también
dicen los pastores que ha  nacido
un niño cubierto de flores.

El Ángel Gabriel anunció a María
que el Niño Divino de ella nacería
de ella nacería dicen los pastores
que ha nacido un niño, cubierto de flores.

Los tres reyes magos
vienen del Oriente y le traen
al niño hermosos presentes(bis)
dicen los pastores que ha nacido
un niño cubierto de flores.

San José y la Virgen,
la mula y el buey
fueron los que vieron
al niño nacer (bis).

Al niño nacer, dicen los pastores
que ha nacido un niño cubierto de flores.

***      ***        ***

 CANTEMOS, CANTEMOS

Cantemos, cantemos
gloria al Salvador .
feliz Nochebuena
nos dé el Niño Dios.

Tú eres la esperanza,
tú la caridad,
tú eres el consuelo
de la  humanidad. 
Es la Nochebuena
de grata memoria
porque vino al mundo
el Rey de la gloria.

Divinos destellos,
raudales de luz
alumbra la cuna
del Niño Dios.
Oh noche dichosa,
noche de esplendor,
 noche en que ha nacido
nuestro Redentor.
noche en que ha nacido
nuestro Redentor.

***           ***       ***

PREPAREN LA MESA

Preparen la mesa,
preparen la mesa,
 y enciendan la luz,
para que reciban al Niño Dios
para que reciban  al Niño Dios.

Esta era la casa, (2)
que yo les decía, que al llegar a ella,
la puerta se abrirá.(2)

Niño chiquitico, (2)
Chiquitico y bello
Dame un manojito de rubios cabellos(2)

Aquí esta Dios, (2)
déjenlo venir,
que el año que viene,
viene por aquí.(2).

***          ***         ***

VEN, VEN, VEN

Ven, Ven, Ven
Que ya la fiesta va a empezar
Ven, Ven, Ven
Que al Niño Dios hay que cantar.

Noche Buena, Noche de Paz
como alumbra las estrellas
pero la luna alumbra más.

Con amor cantemos, todos a Jesús
Ven, Ven, Ven
Que en un pesebre ha de nacer.

***       ***     ***

NIÑO LINDO

Niño lindo ante ti me rindo.
Niño lindo eres tú mi Dios.

Esa tú hermosura
ese tu candor
el alma me roba, me roba el amor.

Con tus ojos lindos
Jesús mírame 

Que sólo con eso
 me conformaré.

***      ***     ***

MI BURRITO

CORO


Con mi burrito sabanero
voy camino de Belén (bis)
Sí Belén, si Belén
voy camino de Belén(bis).
 
                                                        I

El lucerito mañanero
ilumina mi sendero (bis)
sí, Belén, si Belén
voy camino de Belén (bis)

                II


Con mi cuatrico voy cantando
mi burrito va trotando (bis)
si Belén, si Belén
voy camino de Belén (bis).

***       ***      ***

FUEGO AL CAÑON

Fuego al cañon (2)
Para que respeten
Nuestro parrandón.

Niño chiquitico,
niño parrandero(bis)
queda con nosotros hasta
el mes de enero.
Esta casa es grande
tiene cuatro esquinas(bis),
y en el centro tiene rojas
clavellinas (bis).

San José y la Virgen la mula
y el buey fueron los que vieron
al niño nacer.. (Bis).

Esta casa es grande,
tiene cuatro aleros, (bis)
para que aquí canten
bien los parranderos.

***       ***      ***

A DORAR AL NIÑO


A dorar al niño
corramos pastores,
que está en el portal,
llevémosle flores
Una palomita
anunció a María
que en su seno Santo
él se encarnaría.
Adora el misterio de la trinidad
que son tres personas
y es un Dios no más.
Ese es el cuarto,
que entre nosotros esta ya.
                 
***     ***      ***
 
LA JORNADA

Din, din , din: Es hora de partir.
Din, din, din, camino de Belén
Los esposos van desde Nazaret.

La Virgen María
modesta y sencilla
es la maravilla
del dichoso Edén.

Sobre un jumentillo
se sienta María
y es experto guía
el casto José.
Los buenos amigos
de José y María
llegan a porfía
a decirle adiós.

Van José y María
van hacia Belén,
donde nuestro bien
ha de aparecer.

Largo es el camino,
aire sofocante;
más es importante.
cumplir el deber. 

Llegan extenuados
al morir el día
y en la noche fría
no hay donde hospedar.

José solicita,
fuerte y animoso,
lugar de reposo
en todo Belén.

Din, din, din: Es hora de partir.
Din, din, din, camino de Belén,
Los esposos van desde Nazaret.
     
***        ***       ***

NOCHE DE PAZ
Noche de paz,
noche de amor:
llena el cielo un resplandor...

En la altura resuena un cantar
Lo anuncio una dicha sin par:
Que en la tierra ha nacido Dios,
hoy, en Belén de Juda”.

Noche de paz,
noche de amor:
Todo duerme en rededor...

Sólo velan María y José...
Duerme el niño, y durmiendo se ve
todo el cielo en su Faz. (bis)

Noche de paz,
noche de amor:
todo duerme en rededor...

Sólo suenan en la oscuridad,
armonías de felicidad,
armonías de paz.(bis) 

***     ***     ***
 
BLANCA NAVIDAD
Oh, Blanca Navidad sueña
ya todo brilla alrededor
una blanca estrella
muestra el camino
que anuncia
gran felicidad.


Oh, Blanca Navidad, canta
une tu mano a mí ilusión
recordar tu infancia podrás
al llegar la Blanca Navidad.


Oh, Blanca Navidad, ríe
el Dios del cielo ya llegó
trae las esperanza y es mensajero
de paz y de mucho amor.

Oh, Blanca Navidad, canta
une mi mano a mi ilusión.

                                       
***         ***        ***

CONTENTO
De contento
voy cantando
al Dios Niño
celebrando.

Himnos ,
himnos de alabanza,
cantos
cantos de alegría,
en honor al Niño
que nos da María.

Cantos
cantos de alegría
todos,
todos dirijamos
al que está nacido,
al que tanto amamos.

Eres,
eres oh, Jesús,
vida
vida y consuelo,
verdad y camino
que nos lleva al consuelo.

      ***       ***      ***


Oración para la Cena de Navidad

Reunidos en familia se enciende la vela blanca de la corona
de adviento y entre todos proclaman:

Jesús,  gracias  por tu venida; Tu nos Quieres  mucho. Tu  estás aquí, muy cerca de  nosotros.  Nuestra  familia te ama y quiere aprender a ser como tu familia, con María y José.  Colocamos hoy en tus manos el mundo entero: a  los que más queremos y los que no conocemos, a los que están cerca de nuestra familia y a los que están lejos. Sobretodo, te confiamos esta noche a los que más sufren, a los secuestrados, a los perseguidos, a las familias que han perdido a algunos de sus seres queridos a causa de la violencia. 

Que esta Noche Santa de tu nacimiento les lleve consuelo. Mira con misericordia a todos los que promueven la violencia, que esta noche de paz le mueva el corazón a la reconciliación. Muéstrate cercano a todos aquellos que esta noche no podrán celebrar la Navidad, porque están enfermos, encarcelados, abandonados, o trabajan para que otros la podamos celebrar. Bendice a nuestros vecinos, bendice a nuestra parroquia y nuestra Diócesis, bendice el pan que hoy nos permite compartir. Amén

“ En signo de solidaridad guardemos algo de nuestra comida para compartirlo con una persona que no haya tenido la Cena de Navidad”.